Diana en armario

Has estado revisando un montón de dianas, has elegido la que más te gustaba, la has comprado e instalado y ya has jugado tus primeras partidas. Entonces te surge la duda. ¿Hay alguna manera de mantenerla como el primer día? Obviamente el uso hará que se vaya desgastando, pero si sigues estos cinco sencillos consejos lograrás alargar su vida durante muchos, muchos años.


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Rota tu diana

La mayoría de las dianas de sisal incluyen un aro marcador extraíble. Es decir, los puntos no están impresos en el propio tablero sino que están adosados a un aro externo de alambre, como puedes ver en la foto que encabeza este artículo.

¿Te has preguntado alguna vez por qué? El motivo es sencillo de entender: los números de más valor (hola, número 20) son un objetivo mucho más frecuente que los demás y recibirán mucha más acción. Pero si tenemos la posibilidad de rotar el aro de la puntuación con regularidad, repartiremos el número de impactos entre todas las secciones del tablero en lugar de concentrarlos en una única zona fija.

Así que no olvides rotar el armazón exterior de la puntuación un par de espacios (procura hacerlo siempre en la misma dirección) al menos una vez al mes. Es muy sencillo de hacer y es probablemente la medida más importante que puedes tomar para alargar la vida de tu diana.

Ah, y recuerda esto al poner el alambre exterior de nuevo en su lugar: toma el 20 como referencia, sabiendo que debe estar en la parte superior y debería ocupar un gajo de color negro.


Nunca la limpies con líquidos

La limpieza de la diana es importante, por supuesto que sí, pero nunca utilices agua u otros líquidos limpiadores para llevarla a cabo.

¿Por qué no debes aplicar agua a tu diana? El tablero está elaborado con fibras de sisal comprimidas, que se mantienen unidas por sustancias adhesivas. El agua puede filtrarse entre las fibras y disolver este pegamento, provocando que las fibras se vayan desprendiendo. Además, las fibras pueden absorber la humedad, aumentando su volumen y provocando irregularidades en la superficie -algo que queremos evitar a toda costa-.

Pero no sólo eso. El agua podría filtrarse hasta el tablero interno, que al absorberla podría provocar su deformación o la aparición de moho.

¿Entonces cuál es la alternativa? Un trapo seco o en todo caso sólo ligeramente humedecido (nunca empapado) si es estrictamente necesario. Y sobre todo la prevención: procura mantener tu diana en buen estado manteniéndola protegida de la suciedad. Los armarios para dianas son especialmente útiles para este fin.


Extrae los dardos girando, no tirando de ellos

Este es otro truco muy sencillo al que muchos jugadores no prestan suficiente atención.

Cuando quieras recuperar tus dardos, extráelos haciendo un giro suave con la muñeca o los dedos en lugar de tirar de ellos con fuerza.

El dardo se mantiene clavado en la diana al estar su punta firmemente apretada entre las fibras de sisal. Si tiramos de él someteremos a tensión a las fibras provocando su desgaste. Si lo rotamos para liberarlo esta tensión se reduce notablemente.

Por la misma razón nunca debes dejar los dardos clavados en la diana cuando hayas terminado la partida. Sácalos y guárdalos en su lugar. Te será más sencillo hacerlo si tienes un armario en tu diana, que suelen incluir soportes para los dardos, o un estuche.


Mantén tus dardos en buen estado

Pues sí, el estado de los dardos también tiene una influencia directa en la vida de tu diana. Y más en concreto, sus puntas. Tiene lógica si tenemos en cuenta que ambos van a estar en contacto continuo.

Para prolongar la vida de tu diana, debes mantener tus dardos bien afilados, con la punta levemente redondeada y sin ganchos ni rebabas. Afilar tus dardos es muy sencillo si te haces con un afilador. Pero no cometas el error de afilarlos en exceso. Si los afilas demasiado, los dardos penetrarán demasiado y puedes llegar a dañar incluso la parte posterior del tablero y las fibras del interior.

Ten especial cuidado con las curvaturas y los ganchos y las rebabas. Estos pueden provocar que al extraer el dardo, éste se enganche con las fibras y las dañe.


Cuida el entorno de la diana

Si quieres que tu diana tenga una vida lo más larga posible, es conveniente que elijas un lugar totalmente adecuado para ella.

¿A que nos referimos con un lugar adecuado? A un lugar de interior y protegido de la intemperie: ya te hemos explicado lo poco conveniente que resulta el exceso de humedad para tu diana.

Procura protegerla también de la luz solar directa e intensa, así como de lámparas excesivamente cercanas. No sólo pueden provocar que la superficie pierda color sino que también pueden perjudicar las fibras del interior y hacer que las piezas de plástico se resequen y se cuarteen.

De nuevo, un armario para diana es un muy buen complemento que no sólo favorece estéticamente sino que además permite proteger tu diana de los elementos externos.


En resumen

Por suerte, las dianas actuales poco o nada tienen que ver con las antiguas dianas de madera o corcho, que requerían constantes cuidados y tenían una vida útil más bien corta. Cuidar tu diana de sisal es una tarea ciertamente sencilla si sigues los consejos que te hemos presentado. Apenas te quitarán tiempo y podrás comprobar como tu diana se mantiene en óptimas condiciones durante muchas, muchísimas partidas.



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